“…esos utensilios que se abollan y se
arreglan después de cada mudanza pero igual quedan marcados, quedan con la
huella de un acontecer que se repite subrayando la herida de su unicidad…” GUILLERMO PILÍA; Mudanzas y otros textos.
Bildungsroman es un término alemán
que significa novela de construcción o de aprendizaje, en la que se
muestra el desarrollo de un personaje a través de sucesivas experiencias que
van afectando su posición ante sí mismo, y en general ante todo. Un camino
recorrido que en este punto se bifurca, muda y se precipita.
Oficina de Arte presenta la
última muestra in situ. Porque ya está preparada para la travesía: los motores
están encendidos y la expectativa a flor de piel. La mudanza concluyó, o
por lo menos de algún modo…
En la Oficina se planificó, se
pensó y se estudió. Y ahora cumple con
la promesa nómade, abriéndose al viaje, a la mudanza. Fue casa y oficina, la
casa que ahora se vacía y el salón
destinado al trabajo que se llena de bosquejos y propósitos en el haber.
Mudanza: del latín medieval
mudantia, que reemplazó al clásico mutatio (mutación), cambio que se hace de
una vivienda a otra trasladando los objetos, pertenencias y los cuerpos al
nuevo lugar de residencia. Implica también la transformación de ideas, actitudes
o sentimientos. Presente desde el origen de nuestra existencia, con el
nacimiento donde mudamos hacia el afuera. Se buscan cajas, se guardan las
cosas, se embalan; se revisa, se categoriza, se ordena, se tira, se regala, se
pierde y se gana, se brinda y se despide.
Pilar Bosia nos ha contado: desde
que tiene memoria realiza operaciones con códigos visuales, especialmente
utilizando objetos (naturales y culturales). Aborda su producción vertebrándola
como un medio de comunicación social. Tomando el contexto como punto de partida
y referencia identitaria, nos dice: “mi
intención es ser transparente y hasta explícita, por lo que muchas veces me
sirvo de códigos sintéticos e iconografía popular”.
La Oficina de Arte es un proyecto
abierto, donde Pilar indagó en la gestión, producción y curaduría. Se inició
con una retrospectiva digital de Diego Stigliano, y ahora se despide con esta muestra,
exponiendo Pilar por vez primera en este espacio, una instalación conformada
por una acumulación de distintos objetos, donde el montaje adquiere un papel
fundamental por la dependencia hacia los
factores espaciales y las interrelaciones entre los distintos objetos. Se comunica
de un adentro hacia afuera y se reotroalimenta inversamente. Cumple un ciclo,
para recomenzar en otro lugar; una
vez finalizado, vuelve a empezar. Un partir sin renunciar, un recomenzar
sostenido.
De modo que fue creando su propio
mundo, con la colaboración de artistas, interesados y amigos. Y ahora parte con
esta obra, en la que distingue un corrimiento de esa columna vertebral que
conforma el compromiso social-ideológico. Exhibiendo fragmentos de su vida, de
su historia, la instalación adquiriere un carácter más intimista. Lo q hacia oficina era poner en
relación al artista con el medio, hoy es de importancia que al concluir un ciclo, se presenta ella en un lugar en el q
estaba hasta ahora ausente como expositora. Nos encontramos con el cuerpo en su
condición más ancestral, primigenia, el primer cuerpo, el primer traslado, el
primer juguete y el primer objeto.
Los elementos que utiliza cargan
con una mudanza natural atravesada por el paso del tiempo. Objetos como
testigos de vida. Sujetos como testigos de la experiencia de la Oficina, contemplando los acontecimientos, infiriendo
la evidencia de un hecho. Muestra que sirve de referencia en la evaluación de
resultados de la parte analizada. Porque los cambios nos colocan en una
situación de revisión…
Los objetos se combinan con elementos autoreferenciales, adquiriendo
así, un giro autobiográfico y enfatizando el poder polisémico de la imagen. Pertenecen
a diferentes épocas y de diversa procedencia que son fragmentos de una
historia.
“Al artista le resulta casi imposible escribir
una palabra (o producir una imagen o ejecutar un ademán) que no le traiga el
recuerdo de algo ya logrado.” Susan Sontag; Estilos radicales; Editorial:
DEBOLSILLO; 1969 Jacques Derrida manifiesta cómo
la filosofía tradicional excluyó la biografía, se considerándola como algo
externo a la filosofía. Llamaba entonces a inventar "una nueva
problemática de lo biográfico en general y de la biografía de los filósofos en
particular" para repensar la frontera entre "el corpus y el
cuerpo". Lo autobiográfico es lo primero que nos provoca deseos de producir,
aquello que nunca dejará de perseguirnos.
Los objetos tienen memoria. La
producción ha estado al servicio del designio autobiográfico de la memoria, que
nos permite codificar, almacenar y evocar la información del pasado, retener
experiencias. Es además la evidencia de que ha ocurrido un aprendizaje.
Los objetos definen parte de
nuestra identidad como “acumuladores” de la experiencia. La recuperación de
materiales mundanos y encontrados son temas recurrentes en su trabajo, y se
inscriben en el ejercicio de someter la realidad a sistemas subjetivos y
personales.
Muchos de estos objetos son juguetes.
Primeramente el juguete era artesanal, a partir de la revolución industrial, se
dio un giro en la fabricación de estos artefactos, siendo la diversión de los
niños mediada por el mercado. La industrialización y el actual consumo
desmesurado de artículos e información han ido acrecentando comportamientos relacionados
a la acumulación.
Las personas que acaparan objetos muchas veces desechados, entablan un
vínculo afectivo con éstos, refuncionalizándolos y resignificándolos. Para
ellos cada uno de éstos tiene un significado único e irremplazable. Pilar se
ve tentada a recoger y guardar objetos, los considera como extensiones de sí
misma, de este modo abandonan su condición de inútiles, adquiriendo un renovado
valor subjetivo, considerándolos también
como elementos recordatorios y como fragmentos de un contexto, de un tiempo en
pasado continuo.
Participan de una reorganización fragmentaria,
convergiendo así en una composición producida por una serie de yuxtaposiciones
y relaciones, estableciendo un diálogo con la historia personal, recomponiendo
nuevos relatos y sentidos.
Voy
para allá. Ya limpié la casa, ya barrí
el polvo, guardamos las cosas, lavamos los artefactos, tapamos los agujeros, tiramos
los escombros, pasamos la gamuza,
enjuagamos los azulejos del baño y la cocina. Hoy te aviso que ya no
vamos a estar más en este domicilio, que nos encontremos en otra parte- que el
recuerdo se mantenga fresco a pesar de las cajas y de las distancias, que nos
encuentre juntos… Se mudó, calla en este día sin nombre ni despedidas
sistemáticas. Adieu Bye Bye Auf Wiedersehen
HASTA LA VISTA BABY!
Fernando Guevara, 2013